El estudio de la Historia proporciona un conocimiento esencial del pasado que contribuye a la comprensión del presente. Así mismo, desarrolla una serie de capacidades y técnicas intelectuales propias del pensamiento abstracto y formal, tales como la observación, el análisis, la interpretación, la capacidad de comprensión y el sentido crítico.
El carácter vertebrador de la Historia, dentro del conjunto de las ciencias sociales, la convierte en eje ordenador del pensamiento y en fundamento de comprensión para todas las disciplinas vinculadas a la actividad humana. Por eso, dentro del ámbito de nuestra civilización occidental, la enseñanza de la Historia ha ocupado siempre un lugar preferente en la educación de los jóvenes.
Estas ideas están presentes en la comunidad científica y educativa cuando reclama mayor presencia de la Historia en los planes de estudio, consciente del alto valor formativo de esta disciplina, y ante los profundos cambios, acelerados por las nuevas tecnologías, que parecen debilitar los valores del Humanismo. En este sentido, la Historia contribuye decisivamente a la formación de ciudadanos responsables, conscientes de sus derechos y de sus obligaciones.
Al ser la historia un cúmulo de experiencias, los hombres basamos nuestro conocimientos y actos en la experiencia de otros. Si un hombre quisiera comenzar sus experiencias “desde cero” ningún progreso podría darse, al igual que los animales.
Su conocimiento no solo nos da a conocer las experiencias pasadas, sino también nos permite conocer las causas de estos actos. Según Juan Brom “Tiene como función ( en la sociología) investigar las formas de mejorar el funcionamiento de la sociedad humana”
Dicho de otra manera “si yo no hubiera hecho entrar en la narración sino laa historia política, sino hubiese tenido en cuenta los elementos diversos de la historia (religión , derecho, geografia literatura,arte, etc) mi conducta hubiese sido distinta. Pero se necesita lograr un movimiento vital, porque todos estos elementos diversos gravitan juntos en la unidad de la narración”
Michelet.
1837.
No hay acto correcto que se realice sin tener un conocimiento previo de las cosas. Ya sea aprender a leer o manejar un transbordador espacial, siempre existe un registro que debe ser estudiado por quienes desean realizar un acto.
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