viernes, 25 de octubre de 2013

Cambios culturales

Introducción a la cultura en la Edad Media


En el aspecto cultural, la Edad Media supuso, especialmente a partir del siglo X, un interesante florecimiento de nuevas manifestaciones artísticas y culturales, animadas por el horizonte que se abría ante los contemporáneos.

Los siglos medievales fueron, asimismo, tiempos de movimientos de personas e ideas, auspiciadas por el desarrollo del comercio, de las ciudades y su nueva clase emergente, la burguesía, así como de las universidades y las peregrinaciones, además de los movimientos de juglares y monjes de las grandes órdenes que iban de un monasterio a otro.

El intercambio al que hacemos referencia fue favorecido por el uso del latín como lengua común, ya que no sólo era el modo de expresión de los más cultos, sino que también del pueblo. No obstante, no toda la sociedad hablaba el mismo latín, de hecho, hoy en día los estudiosos han diferenciado entre el lenguaje culto y el popular, entre aquel utilizado por los monjes en sus traducciones y copias -considerado hoy un paso esencial en el desarrollo de la cultura- y el usado por el pueblo, siempre en forma oral.

Monasterios y universidades

El clero fue el depositario de la cultura intelectual en la Edad Media, donde los monasterios y las escuelas, sirvieron como centro de estudio hasta la creación de las universidades, instituciones que consiguieron, de forma progresiva, un status de independencia.

Las universidades podían ser de dos tipos dependiendo de la naturaleza de las mismas: las Mayores eran aquellas fundadas por el poder real mientras que las Menores los eran por los prelados. Independientemente de su titularidad, en ambas se estudiaban las siete Artes Liberales o trívium y cuadrivium.

Literatura medieval

A partir del siglo XI encontramos las primeras manifestaciones literarias en lenguas vernáculas o romances. Así, por ejemplo, en la península ibérica se fue imponiendo el castellano gracias a que fue la lengua de aquellos que llevaron a cabo la reconquista.

Entre estas lenguas locales, por ejemplo, comenzamos a observar un gusto por la lírica y la narrativa, especialmente aquella anónima y cantada, donde los temas del amor entre una dama y un caballero, amor cortés, las andanzas de los caballeros en las guerras -que además buscaban en el pasado tiempos de gran gloria- o los cantares de gesta eran los preferidos.

Estas composiciones eran cantadas por los juglares, poetas-cantantes preparados en escuelas especiales, que marchaban de pueblo en pueblo recitando las historias. El tema preferido de los cantos juglares era el amor, especialmente aquel entre un caballero y una dama. De esta forma surge el amor cortés, relación entre un caballero, y una dama casada y, por tanto, una relación más platónica que real, bajo peligro de realizar un acto infiel e incumplir así las reglas de juego.

Músico Medieval. Catedral de TudelaEn España, la literatura fue muy rica y variada. Desde las jarchas judías y moriscas -pequeños poemas escritos en lengua romance que algunos autores colocaban al final de sus obras, y por algunos estudiosos consideradas las composiciones líricas más antiguas de Europa- hasta el poema se los Siete Infantes de Lara, el cantar de gesta de Don Sancho II de Castilla o el Mio Cid, cantar de gesta anónimo que representa mejor que ningún otro, las andanzas de un caballero medieval en tierras españolas. Es además el único que se conserva de forma completa, la primera obra extensa de la literatura española escrita en lengua romance.

En el siglo siguiente aparecen los primeros poetas conocidos, entre los que destacarán Gonzalo de Berceo. Los principales autores españoles del siglo XIII fueron el Arcipreste de Hita, poeta satírico, Don Juan Manuel, autor de El Conde Lucanor para pasar al siglo XV con Juan de Mena, El Marqués de Santillana o Jorge Manrique, verdaderos maestros de la pluma.

Las composiciones, escritas en latín o en lenguas vernáculas, para las clases más populares o más cultas, tienen en común un fin didáctico. Todas ellas terminan con una enseñanza. El mismo fin, en una sociedad en su mayoría analfabeta, perseguían las esculturas colocadas en las fachadas de las iglesias y catedrales. Desde que sólo una minoría sabía leer y escribir, eran necesarias escenas que narrasen hechos que tuviesen cierto fin moralizador.

Filosofía

En el plano intelectual, la cultura monástica impartida en las escuelas catedralicias primero, y en las universidades, después, tras surgir a finales del siglo XII, fue la preponderante. Así, la escolástica- método por el cual se pretendía descubrir la Verdad filosófica a través de la Dialéctica bajo el eje vertebrador de Fe y Razón- se convirtió en la manifestación filosófica más destacada de la época, dando lugar a debates y discusiones que marcarían la superioridad del mundo espiritual frente al terrenal.

Dentro de la corriente escolástica, se abrieron tres etapas diferentes que correspondieron a teorías desarrolladas por diferentes teólogos, filósofos y pensadores. Entre ellos destacaremos a Pedro Abelardo, Roger Bacon, Alberto Magno- quien tradujo a Aristóteles- su ayudante Santo Tomás de Aquino- el pensador más prolífico de la Edad Media que llevó a la escolástica a su máximo apogeo- o Guillermo de Ockham, quien realizó una excepcional crítica a las teorías Tomasistas.

Aspectos científicos

Otro aspecto importante si hablamos de la cultura en el Medievo, es la alquimia, siendo aquellos que la desarrollaron llamados alquimistas. El más importante entre los españoles fue Arnaldo de Villanueva quien aprendió en las mejores escuelas de químicos árabes. Si atendemos a la medicina, fueron los autores griegos e islámicos los más traducidos al latín y así las teorías de Galeno- médico griego- pasan a convertirse en el centro de la ciencia médica hasta llegar a nuestros días a ser considerado el padre de la medicina moderna.

La Cultura medieval es un conjunto de manifestaciones filosóficas, religiosas, literarias, etc. que conforman el corpus de la intelectualidad de la Edad Media.

El Humanismo

El humanismo es un concepto definido desde la filosofía y se trata de una actitud que intenta poner especial énfasis en la dignidad y el valor de la persona humana, considerándola como un ser racional capaz de practicar el bien y encontrar la verdad. Se trata también de un concepto utilizado para definir los movimientos culturales y literarios presentes en la Europa del siglo XIV y XV, en el que renace el estudio de la Roma y Grecia clásica, en la que se resalta el valor de lo clásico por sobre su importancia en el contexto cristiano.

El Humanismo se conforma como todo un movimiento, y se origina en Italia a fines de la Edad Media, cuando personajes tan importantes como Dante y Francesco de Tetrarca, entre otros, realizaron grandes aportes al descubrimiento y conservación de las obras clásicas. Otros grandes contribuyeron a la formación de este movimiento como lo fue Giovanni Pico Della Mirandola, quien a través de su obra “Oración” logró plasmar los ideales humanistas centrados en la dignidad humana.

La expansión de este movimiento tomó aún más fuerza gracias a la difusión de los textos clásicos, lo que fue posible por el novedoso uso de la imprenta en el siglo XV luego de que parte de la nobleza y el alto clero haya contribuido de manera muy significativa en la recopilación y traducción de los textos clásicos en cuestión.

El humanismo tuvo un fuerte impacto en la literatura y el arte, sin embargo, fue expandiéndose y entrando a países como Inglaterra donde sus influencias llegaron a tomar parte importante tanto en la educación como en la teología, conformándose como una de las causas principales de la Reforma. Fue en este país donde la difusión del movimiento humanista estuvo a cargo de grandes instituciones educativas como las afamadas universidades de Oxford y Cambridge.

Características del Humanismo

- Libertad de pensamiento para desterrar el sentido dogmático en cosas e ideas
- Gran amor a la naturaleza a la que considera fuente de investigación para el progreso de las ciencias.
- Cultivo de la inteligencia para ejercer el espíritu de critica, análisis e interpretación.
- Tendencia al estudio de los idiomas clásicos (griego y latín), a los que se tiene como bases de las lenguas modernas.
- Sentido de reacción contra el espiritualismo medieval.

Los principales representantes son:

- Francesco Petrarca: (1304-1374): Italiano, oriundo de Arezzo, Toscana, fue autor del poema "Canto a Laura", dedicado a su amada Laura de Noves. Escribió, también, el poema "África" en latín, donde canta las hazañas de Escipión el Africano.

- Juan Bocaccio (1313-1375): Italiano, de origen toscano, discípulo de Petrarca, escribió "El Decameron", conjunto de cien cuentos de corte realista y, en latín, "Genealogía de los Dioses"

- Erasmo de Rotterdam (1466-1536): Conocido también Desiderio Erasmo, fue un humanista holandés nacido en Rotterdam. Abogo por la reforma gradual y pacifica de la Iglesia, la política y la sociedad. Escribió "Elogio de la locura" y "Los coloquios".

El Renacimiento

Normalmente llamamos “Renacimiento” al período de renovación artística,  literaria y científica surgido a mediados del siglo XV y desarrollado hasta finales del siglo XVI. Este tuvo sus comienzos y gran desarrollo en Florencia, Italia, y luego se extendió a otros países de Europa (Nuevo Espasa Ilustrado, 1138). Esta es la visión de la crítica literaria, científica y artística tradicional cuando describen esta revolución cultural.

¿Qué volvió a nacer en Florencia? El estudio de los clásicos griegos, que Europa había olvidado luego de la caída del imperio romano. Platón y, principalmente, Aristóteles volvieron a ser estudiados. La academia florentina, dirigida por Marsilio di Diotifeci, comenzó a trabajar con los “Diálogos”de Platón que se encontraban en la biblioteca de Cosimo de Medici (1434-1464).  Esto hizo que el humanismo se convirtiera en el sustento de las concepciones principales de esos tiempos. Así el platonismo se comenzó a difundir por toda Europa.  El estudio de la obra de Aristóteles fue, quizás, mucho más importante que la obra de Platón pues fue responsible por la revolución científica. Luego con la traducción de De Anima comienza el debate que eventualmente determina el futuro intelectual de Occidente (Rubenstein, 8).

A mi ver, el Renacimiento comenzó en la Edad Media cuando Europa redescubre los clásicos griegos y muchos otros clásicos de la India, Persia, Bizancio y otras culturas del Oriente Medio.

Los clásicos griegos estuvieron olvidados por casi mil años. Fueron los árabes los que disfrutaron del saber griego por todo este lapso de tiempo y éste llegó a Europa en lengua árabe.  Los manuscritos de la sabiduría griega se encontraban en las bibliotecas de las grandes universidades de Bagdad, Cairo, Toledo y Córdoba. Esto es, cuatro siglos antes de que Francis Bacon y René Descartes proclamaran la Revolución Científica, una perspectiva moderna, racionalista, humanística y empírica ya había nacido en la Europa Occidental. La lucha entre razón y fé no comenzó con Copérnico o con el juicio de Galileo ante la Inquisición, sino con la controversia sobre las ideas de Aristóteles en los siglos XII y XIII. Muchos especialistas en el medievo creen que el “renacimiento medieval” comenzó con el conflicto entre los cristianos de si aceptaban o rechazaban la ciencia aristotélica.  Estos medievalistas suponen que éste fue el punto crucial en la historia intelectual de Occidente[i].  A pesar de todo esto, la historia cultural que todavía se difunde en los centros educativos y culturales es que el modernismo comenzó con el Renacimiento del siglo XVI y con científicos como Copérnico e Isaac Newton (Rubenstein, 4-15). 

Los territorios reconquistados de los árabes, como Toledo, practicaban la tolerancia religiosa. Allí judíos, árabes y cristianos vivían en armonía. De aquí que cuando el rey Alfonso X, el Sabio, que reinó del 1252 al 1284, y sus antecesores tienen conocimiento de los manuscritos griegos en árabe pide a eruditos judíos, cristianos y árabes que los traduzcan al latín. Ya para el reino de Alfonso X se comienzan a traducir al castellano. Ésta fue una de la grandes contribuciones de Alfonso X, el fue el primer rey en Europa que utilizó la lengua vernacula para todo tipo de transacción cultural e intelectual (Menocal, 224).

Con la traducción de De Anima de Aristóteles comienza el debate que eventualmente determina el futuro del desarrollo intelectual de Occidente. En tiempos medievales la disputa entre intelectuales no era la “ciencia” versus la “religión”. Lo que se llamaba ciencia incluía la lógica, la ética, la metafísica, la estética y hasta la teología. Todos los que estaban involucrados en la disputa eran cristianos fervientes. La controversia tenía que ver con hasta que punto los intelectuales europeos se comprometían en la búsqueda de un entendimiento racional y cómo ellos podrían  hacerlo sin perder su religión e identidad cultural. “Podría un pensador cristiano, inspirado por Aristóteles,  hacer sentido del mundo natural y de la motivación y relaciones humanas? ¿Podrían utilizar las mismas técnicas de razonamiento para explicar la relación de lo creado con Dios? Para muchos tradicionalistas el proyecto parecía peligroso y ambicioso. Aristóteles fue un pagano y algunas de sus ideas chocaban con la doctrina cristiana. Más aún, la postura aristotélica con su desmedida admiración por el mundo material,  su desagrado por las explicaciones místicas de los fenómenos naturales, y su optimismo sobre la naturaleza humana, estaban en contraposición a los siglos de asceticismo y valores  cristianos”(Rubenstein, 8, la traducción es mía). Tocó a Santo Tomás de Aquino casar la teología  cristiana con la ciencia aristotélica.

La escuela de traductores de Toledo atrajo a intelectuales de todos lados. Inglaterra  suplió un gran número de eruditos que incluían a Robert de Chester, Adelard de Bath—uno de los primeros científicos empíricos de Europa—y a Daniel Morley. Del norte de Italia vinieron Juan de Brescia, Platón de Tivoli y Gerardo de Cremona. Este último produjo versiones latinas de las obras principales sobre las ciencias naturales de Aristóteles, el Almagesto de Ptolomeo, Elementos de Geometría de Euclides, y muchos otros. Había una buena representación de Flandes, Francia, los Balcanes y Alemania. Asimismo llegaban eruditos griegos de Bizancio y judíos famosos como Moisés ben Samuel ibn Tibbon y Juan de Sevilla. El historiador Friedrich Heer en su libro The Medieval World: Europe, 1100-1350 escribió que fue el ejemplo de Toledo donde Europa aprendió a comprender que el conocimiento no conoce fronteras: es universal, global y “humano”, y que le concierne a la humanidad sin respetar raza o religión (Rubenstein, 19).

París

Copias de la obra de Aristóteles llegan a París con los comentarios de Averroes de Córdoba. Junto a ellas llegaron también libros de judíos como Maimonides, de musulmanes como Avicenna y Al Ghazali,  y de filósofos iraníes,  entre otros. Por supuesto la obra de Santo Tomás de Aquino y la del alemán Albertus Magnus tuvieron gran impacto. Éstos últimos fueron entre los más importantes elaboradores de la síntesis cristiano-pagana.  La escuela de la catedral de Notre Dame fue muy importante en la creación de la Universidad de París (Marie-Jeanne Coloni).

En 1210 el sínodo episcopal en París prohibió los comentarios sobre Aristóteles escrito por Averroes de Córdoba. Éstos estaban siendo usados en la Universidad de París. En 1215 la universidad corroboró la prohibición y a esto añadió la prohibición de toda la obra de Aristóteles, especialmente su Metafísica y los tratados sobre las ciencias naturales.

Las prohibiciones no tuvieron mucho efecto y para el año 1230 era evidente que los intelectuales parisinos enseñaban públicamente la obra de Averroes (Menocal, 204).

Sicilia y Nápoles

Los árabes comenzaron a viajar de Africa a Sicilia en el año 703. Luego esta emigración fue interrumpida por la invasión árabe de España en el 710. Los próximos ataques a Sicilia tuvieron lugar después del 740 y para el año 902 los árabes fueron prácticamente dueños de esta isla. Durante todo este período los bizantinos trataron de reconquistar a Sicilia. La conquista árabe logró separar a Sicilia de Bizancio y del resto de la península italiana.  A mediados del siglo X el gobierno árabe se convirtió en una dinastía hereditaria. Luego en el 1060 los normandos conquistaron a Sicilia bajo el mando de Roger I. En el siglo XII otro rey normando, Roger II, consolidó sus poseciones con el sur de Italia. Él se estableció en Palermo. Allí, siguiendo la tradición árabe de tolerancia cultural y religiosa, cultivó relaciones con eruditos bizantinos, cristianos, musulmanes y judíos. Como resultado esta política estimuló a eruditos greco-parlantes a permanecer en su reino. Así Palermo se convirtió en un centro importante de traducciones en Europa (Rubenstein, 20)

A consecuencia de las Vísperas Sicilianas en 1228, en que los naturales se levantaron contra los franceses, Sicilia pasó a la corona de Aragón. Sicilia se unió a Nápoles bajo el dominio español.  Muchas de las traducciones de la escuela de traductores de Toledo pasaron, a partir de los nexos árabes y españoles ya establecidos al reino de Nápoles y Sicilia.

Federico II (1194-1250) rey del Sacro Imperio Romano y rey de Sicilia y Jerusalén, fue el hijo de Constanza de Nápoles, hija del rey Roger I de Sicilia.  Este rey fundo fundó muchos centros de cultura, estableció la Universidad de Nápoles e invitó a Michael Scot—médico, astrólogo, nigromántico y traductor del árabe y del hebreo—a poner un taller de traducción, en la tradición toledana,  una cooperativa multilingüe. Federico II, que hablaba el árabe, aspiró a competir con la influenza andaluza en las artes y las ciencias. De esta forma atrajo, entre otros, al matemático Leonardi Fibonacci que estaba revolucionando la notación matemática europea. Scot fue un importante enlace al mundo de la traducción para Federico II, lo que hizo que éste se convirtiera en un filántropo, haciendo posible la compra de manuscritos de gran valor a las instituciones de Sicilia y otros lugares. Entre ellas encontramos obras de Averroes y Maimonides. Scot fue inmortalizado por Dante  en su Infierno(Menocal 190-193).

Florencia
Los grandes cambios en la mente de los pueblos tienen lugar cuando las condiciones económicas, físicas y psicológicas están listas para recibirlos. Esto ocurrió en Florencia. Por el comercio este lugar había alcanzado un alto nivel de prosperidad. Ya para el siglo XIII el estándar de vida era mucho más alto que cualquier otro lugar en Europa. Francesco Petrarca se había convertido en el padre espiritual de esta época. El mantuvo una íntima relación con algunos de los líderes más importantes de la vida cultural florentina. Giovanni Boccaccio, que había obtenido una sólida educación clásica, fue uno de sus más grandes admiradores. Petrarca acudía a este último cuando necesitaba leer manuscritos y documentos antiguos que Boccaccio había coleccionado. Desde mediados del siglo XIV hasta su muerte en 1374, Petrarca dominó el horizonte espiritual de Florencia e inspiró a los maestros de la “studia humanitatis” (Rubenstein, 8-9; The World of Renaissance Florence,  21).

La dinastía de los Medici, especialmente Lorenzo I, el Magnífico (1449-1492), fueron quienes hicieron posible, en gran parte, el renacer cultural de Florencia.  Cosme de Medici (1389-1364) auspicia la fundación de la Academia platónica florentina bajo la dirección  de Marsilio Ficino. La protección dada a jóvenes pintores como Masaccio (1401-1428) dio lugar a revolucionar la pintura. Fue Masaccio quien empleó la perspectiva y expuso el cuerpo humano sin convencionalismos medievales, y que fue precursor de la obra de Leonardo y Miguel Angel, entre muchos otros. En 1456 se funda el Chorus Achademiae florentino que atrajo a muchos jóvenes cultos y eruditos, entre ellos Lorenzo de’ Medici.

Florencia hace que el renacimiento comenzado en el siglo XIII con la traducción de los clásicos del árabe al latín llegue a su apogeo.

Una vez que ponderamos por todo este recorrido histórico de la actividad intelectual del medievo, nos tenemos que hacer la pregunta: ¿Cuándo y dónde comenzó el Renacimiento? Podemos decir que comenzó de la fusión de culturas, cuando la cultura musulmana—los árabes—invaden culturas cristianas—España y Sicilia—. Así los cristianos descubren los clásicos y son influidos por la tolerancia religiosa de los árabes. De esta forma más que un período histórico que comenzó en Florencia, el Renacimiento fue un proceso que comienza en el siglo XII, como apunté anteriormente, de renovación científica, artística y literaria que inició en siglos anteriores al apogeo florentino. Es más fue un proceso que tuvo varios apogeos: en Córdoba, Sicilia y Toledo en el siglo XII, en Nápoles en el siglo XIII, y finalmente en los siglos XV y XVI en Florencia.

Es sumamente simbólico que en 1539 Eleonora de Toledo, hija de Don Pedro Alvarez de Toledo, gobernador del Sur de Italia—Nápoles y Sicilia— y lugarteniente de Carlos V, se casara con Cosimo I de’ Medici, Gran Duque de Toscana, lo que trajo riqueza e influencia política a la Casa de los Medici. El siglo XVI sella las dos vertientes del Renacimiento, Toledo y Florencia.

La crítica literaria , científica y artística que dice que en España no hubo Renacimiento tiene, a mi ver, que ser revisada debido a que el proceso del Renacimiento comenzó en Toledo y en Sicilia con relativa simultaneidad en el siglo XIII.


Bibliografía

Adorno, F., Adriani, M., Apollonio, M., et al. The World of Renaissance Florence. Trans. Walter Darwell. Florence: Giunti Gruppo Editoriale, 1999.
Coloni, Marie-Jeanne. Notre-Dame de Paris at the Crossroads of Culture.  Strasbourg Cedex: Editions du Signe, 2003.
Croce, Benedetto. History of the Kingdom of Naples. Trans. Frances Frenaye. Chicago: U of Chicago Press, 1970.
Fossi, Gloria. Uffizi: Art, History, Collections. Florence: Giunti Gruppo Editoriale, 2004.
García Yebra, Valentín. Traducción: Historia y Teoría. Madrid: Gredos1994.
González López, Emilio. Historia de la Civilización Española. NY: Las Américas Publishing Co., 1966
Menocal, Maria Rosa. Ornament of the World: How Muslims, Jews and Christians Created a Culture of Tolerance in Medieval Spain. NY: Little, Brown, and Co. 2002
Nuevo Espasa Ilustrado. Madrid: Espasa Calpe, S.A. 2005.
Rubinstein, Richard E. Aristotle’s Children: How Christians, Muslims, and Jews Rediscovered Ancient Wisdom and Illuminated the Middle Ages. Orlando: Harcourt Inc., 2003.

No hay comentarios:

Publicar un comentario