viernes, 25 de octubre de 2013

El imperialismo




El imperialismo es la dominación política de un Estado sobre varios otros para establecer una hegemonía política, económica, cultural, por lo que la expansión de Europa en ultramar produjo nuevas rivalidades entre las grandes potencias y difundió la idea de que el equilibrio de poder había de considerarse como una cuestión mundial y no solamente limitada a Europa. La civilización europea, con sus ideas de competencia económica, energía, eficacia práctica, explotación, patriotismo, poder y nacionalismo, cayó sobre Asia y África. Pero con ello llevó también, quizá involuntariamente, otra serie de ideas que había heredado de la Revolución Francesa y de sus precursores del siglo S.XVIII.

El siguiente trabajo explica como durante el transcurso de los siglos, el imperialismo se ha ido acentuando día a día en el mundo desde el imperio de Asoka en la India hasta el presente siglo, viéndose los países de Europa en contacto con culturas primitivas y exóticas, y éstas ejercieron a su vez un profundo efecto sobre la sensibilidad europea. A principios del siglo xx, el arte de África, por ejemplo, contribuyó a la revolución pictórica europea iniciada por Pablo Picasso hacia 1907. Al mismo tiempo, la ciencia de la antropología se desarrolló rápidamente cuando la colonización convirtió la observación de sociedades poco conocidas en algo, a la vez, practicables y de creciente importancia para gobiernos y administradores.

La expansión imperialista ha recibido diferentes explicaciones; y quizá ninguna sea capaz, por sí sola, de dar cuenta de desarrollos que variaran convenientemente según las distintas partes del mundo. La explicación más completa es la que atribuye el movimiento imperialista a presiones económicas. Este punto de vista fue expuesto por el inglés J. A. Hobson y algunos pensadores socialistas de Alemania y Austria; pero adquirió su forma más popular e influyente en un panfleto escrito por Lenin en 1916: El imperialismo, fase superior del capitalismo. Según Lenin, con el desarrollo industrial de Europa y la progresiva concentración del capital debida a la creación de trusts y cariéis y al papel cada vez más importante de los bancos en la financiación de todo tipo de empresas industriales y comerciales, a los financieros les resultaba cada vez más difícil invertir su dinero de modo provechoso.

El mercado europeo estaba saturado y, en consecuencia, era esencial hallar nuevos campos de inversión en ultramar.  Esta necesidad,  según  Lenin, forzó a las potencias europeas a repartirse el mundo  en una pugna por conquistar nuevos mercados industriales y nuevas zonas en las que invertir. El resultado fue una agudización de la rivalidad entre las potencias que hacía inevitable la guerra. Los grupos de presión económica —ya fuesen financieros en busca de nuevos campos de inversión, o comerciantes que buscaban nuevas salidas para sus mercancías y nuevas fuentes de materias primas— desempeñaron un papel considerable a la hora de persuadir a los gobiernos de Europa para que se embarcaran en la expansión colonial.

Hubo, con todo, otros móviles, además de los económicos, que contribuyeron al movimiento imperialista.

El impulso de realizar descubrimientos científicos y de explorar territorios desconocidos ayudó a abrir África. El deseo de los misioneros cristianos convertir a los paganos les llevó a establecer centros de influencia europea en partes remotas del mundo y una vez comenzado el movimiento imperialista, éste fue capaz de generar generó su propio impulso a través del mundo.

Causas

Económicas
La crisis 1873 provocó el descenso de los precios, y con ello el proteccionismo, es decir, la protección de los productos propios de cada país prohibiendo la entrada de artículos extranjeros o gravándolos con impuestos. Esto dio lugar a la necesidad de encontrar nuevos mercados que no estuvieran controlados por dicho sistema. Por otra parte, potencias capitalistas europeas como Inglaterra, Países Bajos y Francia necesitan dar salida a su excedente de capital y lo hacen invirtiéndolo en países de otros continentes estableciendo préstamos, implantando ferrocarriles, instalando puertos, etc. Además estos países necesitan buscar materias primas para sus industrias ya que, empiezan a agotarse o a escasear en Europa. La Segunda Revolución Industrial, por otra parte, necesita de nuevas materias primas de las que Europa no dispone o escasean, como plata, petróleo, caucho, oro, cobre, etc. las causas económicas fueron el fruto de la expansión del capital industrial y se vieron obligados a buscar territorios nuevos donde pudieran invertir el exceso de capitales acumulados, estos capitales encontraron una productiva salida en forma de créditos otorgados a la minoría de los indígenas.

Demográficas
En Europa, entre 1850 y 1914, se produjo un gran aumento demográfico, llegando incluso a duplicarse su población, por lo que en algunos países empezaban a escasear los recursos. Gran parte de la población, unos 40 millones de europeos, no tenía otra salida que marcharse a las colonias de su respectivo país ya que no contaban con trabajo, ni con alimentos suficientes para abastecerse todos y cambiaron su residencia en busca de riquezas y mejores condiciones de vida.

Darwinismo social
Adoptado por los imperialistas, sobre todo en Inglaterra, para excusar sus actuaciones. Tras conocer las teorías de Darwin sobre la evolución de las especies por selección natural, sostenían que, al igual que las distintas especies o razas, las sociedades más avanzadas tenían derecho a imponerse y a seguir creciendo aunque fuera a costa de las más inferiores o retrasadas.

Científicas
Existía un fuerte interés por descubrir y analizar nuevas especies de animales y plantas, conocer nuevos territorios y realizar investigaciones de todo tipo. Esto hace que muchos científicos deseen progresar, lanzándose a la aventura consiguiendo a cambio grandes avances en campos como la biología y la botánica.

Técnico-políticas
Algunos políticos quieren hacer olvidar rápidamente sus derrotas consiguiendo nuevos territorios. La navegación también fue un factor importante ya que los barcos de vapor, ahora capaces de llegar mucho más lejos, necesitan disponer de puntos costeros por todo el mundo para poder reponer las existencias de carbón, por lo que cuando el establecimiento de estos pasó a manos del estado, en lugar de limitarse a dicho punto, este intentó controlar cada vez más territorio. Allí donde se tenga un predominio político se tendrá el predominio de los productos, un predominio económico.1

Militares y geoestratégicas
El periodo entre 1871 y 1914 fue de paz entre las principales potencias europeas, la denominada Bella Época (Belle Époque). La disponibilidad de un creciente potencial demográfico para el alistamiento se puede emplear en territorios extraeuropeos, siguiendo o precediendo a la expansión colonial económica de las empresas y a la emigración.
Las razones geoestratégicas eran resultado de la competencia por el dominio de rutas navales (escalas necesarias para el repostaje de los buques) y de espacios continentales clave, como la denominada área pivote del Asia Central o el imperio continuo en África (la continuidad territorial entre las bases navales en mares opuestos).

Consecuencias

Demográficas
En general, la población sufrió un incremento al disminuir la mortalidad, por la introducción de la medicina moderna occidental y mantenerse una alta natalidad. Ello se tradujo en un desequilibrio entre población y recursos, que aún hoy día persiste. No obstante, en algunas zonas, la población autóctona sufrió una drástica reducción (especialmente durante la primera fase del imperialismo), como consecuencia de la introducción de enfermedades desconocidas (viruela, gripe, etc). En otros lugares, la población indígena fue simplemente reemplazada por colonos extranjeros

Económicas
La explotación económica de los territorios adquiridos hizo necesario el establecimiento de unas mínimas condiciones para su desarrollo. Se crearon infraestructuras destinadas a dar salida a las materias primas y agrícolas que iban destinadas a la metrópolis. Las colonias se convirtieron en abastecedoras de lo necesario para el funcionamiento de las industrias metropolitanas, mientras éstas colocaban sus productos manufacturados en los dominios. La economía tradicional, basada en una agricultura autosuficiente y de policultivo, fue sustituida por otra de exportación, en régimen de monocultivo, que provocó, en gran medida, la desaparición de las formas ancestrales de producir y la extensión de cultivos

Sociales
Las consecuencias sociales se manifestaron en la instalación de una burguesía de comerciantes y funcionarios procedentes de la metrópolis que ocuparon los niveles altos y medios de la estructura colonial. En algunos casos, se asimilaron determinados grupos autóctonos dentro de la cúspide social. Se trataba de las antiguas élites dirigentes y de miembros de determinados cuerpos del ejército o la función pública colonial. En ambos casos su asimilación fue acompañada de una profunda occidentalización. Cuando, a raíz del proceso de descolonización, comienzan a surgir estados a partir de lo que fueron colonias, esos grupos sociales ocuparán una posición relevante en la administración y el gobierno de los nuevos países.

Políticas
Los territorios dominados sufrieron un mayor o menor grado de dependencia respecto a la metrópoli, en función del tipo de organización administrativa que les fue impuesto. Sin embargo, esta dependencia no estuvo exenta de conflictos, que fueron el germen de un anti imperialismo protagonizado generalmente por las clases medias nativas occidentalizadas, que reclamaban la toma en consideración de las tradiciones autóctonas. Ello se canalizó a través de las premisas del juego democrático que las metrópolis defendían para sí mismas pero que negaban a sus colonias: libertad, igualdad, soberanía nacional,etc.

Culturales
El imperialismo condujo a la pérdida de identidad y de valores tradicionales de las poblaciones indígenas y a la implantación de las pautas de conducta, educación y mentalidad de los colonizadores. Asimismo, supuso la adopción de las lenguas de los dominadores (especialmente el inglés, el francés y el español). Ello arrastró a una fuerte aculturación. La religión cristiana (católica, anglicana, protestante, etc) desplazó a los credos preexistentes en muchas zonas de África o bien se fusionó con esas creencias, conformando doctrinas de carácter sincrético.

Ecológicas
La introducción de nuevas formas de explotación agrícola e inéditas especies vegetales y animales provocaron la modificación o destrucción de los ecosistemas naturales. Así, por ejemplo, el bisonte fue casi exterminado en las praderas americanas; el conejo se convirtió en una auténtica plaga tras su introducción en Australia, donde carecía de depredadores naturales; las grandes selvas tropicales fueron objeto de deforestación causada por la sobreexplotación maderera y la introducción de los monocultivos de plantación; los ríos fueron contaminados con residuos procedentes de los sistemas de extracción de metales preciosos.


Justificación

Económica
Las naciones dominan a otras para expandir su economía, obtener materia prima, mano de obra, o para dar salida a los excedentes de capital.

Política
Los estados tienden a expandirse por ambición de poder, prestigio, seguridad y ventajas diplomáticas respecto a otros estados para la economía mundial de hoy en día.

Ideológica
Los países se ven impulsados a expandir su influencia para a su vez expandir sus valores políticos, culturales y religiosos, a su vez los países son beneficiados con paz, seguridad y prosperidad.

Religiosa
Los países con estándares religiosos solían expandir su influencia por países cercanos a este para así propagar su religión. Es un sistema de la actividad humana compuesto por creencias y prácticas acerca de lo considerado como divino o sagrado, tanto personales como colectivas, de tipo existencial, moral y espiritual. Se habla de «religiones» para hacer referencia a formas específicas de manifestación del fenómeno religioso, compartidas por los diferentes grupos humanos. Hay religiones que están organizadas de formas más o menos rígidas, mientras que otras carecen de estructura formal y están integradas en las tradiciones culturales de la sociedad o etnia en la que se practican.

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